De "víctima" a "superviviente"
Aunque reconocer la violencia y reconocerse víctima de ella es fundamental como primer paso para pedir ayuda y salir del círculo, encasillarse en la etiqueta de «víctima» también puede ser negativo. Porque más allá de esa casilla están el empoderamiento y la autonomía, fuera de las miradas paternalistas e infantilizadoras.
Las voces que hablan en este informe también miran adelante. Hablan de deseos, sueños, estrategias de resiliencia. Ya no son víctimas, sino supervivientes. Revisan su pasado, pero para caminar hacia el futuro, desgranando enseñanzas que puedan servir también a otras mujeres.
Porque la importancia de contar las historias también es esa: ayudar a que no se repitan.
Tirar del hilo: historias de mujeres migradas
supervivientes de violencia de género