La incidencia de la crisis de la COVID-19
La crisis provocada por la COVID-19 ha agravado y sacado a la luz situaciones que ya estaban ahí, pero que ahora se han vuelto más acuciantes.
Esto también es cierto si hablamos de la violencia machista sufrida por mujeres migradas. En primer lugar, las mujeres confinadas con sus agresores sufrieron durante el tiempo del confinamiento un riesgo y un sufrimiento agravados. En segundo lugar, hay un marco de violencia estructural, precariedad y exclusión social que la pandemia ha agudizado puesto al desnudo.
Pero, además, el sempiterno «mientras tanto» de las mujeres que están en una situación de dependencia o de espera de resoluciones se ha alargado aún más. En el momento en que se decretó el estado de alarma todos los procedimientos administrativos se pararon. También los relativos a estos casos: juicios, tramitaciones de recursos, autorizaciones de residencia o trabajo… se han ralentizado, prolongando la vulnerabilización de las supervivientes.
Tirar del hilo: historias de mujeres migradas
supervivientes de violencia de género